Masajes sonoros: la refrescante y muy saludable música del cobre

Manuel Polls

“Sí, lo recuerdo perfectamente, fue un sábado de abril de temperaturas muy altas en Valencia, ya casi estivales, cuando visité por primera vez COBRE29 SPA. Lo que inicialmente más atrajo mi atención fue un ritual acústico llevado a cabo con un cuenco tibetano, que nada más empezar y en la sala del té me propuso el masajista: Desapareció en mí rápidamente la sensación de calor, e interioricé una sensación muy refrescante, benéfica y relajante. Se trataba pues – siguiendo siempre las indicaciones de mi guía y anfitrión – de acariciar con una varilla, o baqueta de cobre, el borde circular del mencionado cuenco tibetano. Girando primero en el sentido de las agujas del reloj, pensando de forma positiva en mí mismo; y posteriormente en el sentido contrario, meditando serenamente en los demás. Todo ocurrió de forma muy tranquila, terapéutica y relajante, escuchando placenteramente con el oído exterior, y con el interior también, las muy saludables vibraciones del cobre”.

Efectivamente muchos instrumentos musicales, principalmente de viento y percusión, están hechos de aleaciones como el latón o el bronce. También los bellísimos y terapéuticos cuencos tibetanos. Esto porque el cobre tiene unas excelentes propiedades sonoras que permite prolongar la duración del sonido. Además, el cobre tiene propiedades antimicrobianas que son muy útiles en instrumentos donde se coloca la boca, como trompetas y trombones.

Los tazones o cuencos tibetanos son conocidos por promover la relajación. El sonido que emiten es apreciado por la terapia del sonido para disminuir el estrés y mejorar el sueño. Sus sonidos ayudan a estabilizar la presión arterial, y combatir la depresión.

Estamos hablando por supuesto de musicoterapia.

Los cuencos tibetanos que se han fabricado y se fabrican en Nepal han contenido siempre dos metales principales: cobre en un 78/80% y estaño en un 20-22%. Esta aleación se la conoce como bronce (B20) y se usa desde hace siglos en la construcción de cuencos tibetanos y campanas.

El Tibet actual sigue siendo un productor importante de cobre, actualmente bajo la explotación de empresas mineras chinas, como es el caso de la región de Qulong. De ahí suele proceder el cobre que luego en aleación va a formar parte los utensilios de menaje tibetanos.

No sólo en la musicoterapia de Occidente, sino también en el propio Tíbet y en el Himalaya, la terapia del sonido aplicada con los cuencos tiene un efecto curativo y espiritual muy potente, además de ser de una gran belleza, utilizándose en la mayoría de rituales religiosos y eventos sociales.

¿Pero qué es exactamente la terapia con cuencos tibetanos? Es un masaje sonoro realizado con estos instrumentos metálicos (cuencos tibetanos)Se utilizan golpeándolos o frotándolos con una baqueta y producen un sonido cargado de armónicos de naturaleza sanadora.

Una opción frecuente en determinados gabinetes de musicoterapia, es que el paciente se estire en una camilla, cierre los ojos, y exclusivamente se concentre en el sonido que produce el terapeuta al tocar los cuencos tibetanos.

Otra opción, que es la que mayormente se utiliza en COBRE29 SPA, es que la música de los cuencos tibetanos, e instrumentos análogos, habite integralmente los espacios (hi-fi), y nos habite así también anatómicamente a nosotros, configurándose una atmósfera que vincula la terapia y placeres acústicos, con la agradable realidad visual reinante en el SPA. Se refuerzan entonces, con sinergia y sinestesia, los beneficios estético-terapéuticos, integrados a través de los cinco sentidos.

Los cuencos tibetanos fueron creados con conciencia e intención por los sabios y monjes del Himalaya, y son utilizados por guías en ritos ceremoniales, viajes astrales, el despertar de la conciencia y en la curación de enfermedades tanto a nivel físico, psíquico, mental, emocional y espiritualmente. Tradicionalmente los cuencos tibetanos se utilizaban para la meditación y la sanación en los monasterios de monjes.

Los genuinos cuencos tibetanos están compuestos por una aleación de siete metales: cobre, plata, oro, mercurio, estaño, plomo y hierro y forjados de forma artesanal.

Toda terapia basada en el sonido, se basa en el principio de resonancia, por el cual una vibración más intensa y armónica contagia a otra más débil, disonante o no saludable. El principio de resonancia designa la capacidad que tiene la vibración de llegar más allá, a través de las ondas vibratorias y provocar una vibración similar en otro cuerpo. Es decir, es la capacidad que tiene una frecuencia de modificar a otra frecuencia.

Las mujeres que viven juntas o que pasan muchas horas juntas acaban ajustando sus ritmos hormonales. El ejército sabe que cuando cruzan un puente no pueden ir en formación, por el peligro de rotura del mismo, por lo que abandonan la formación hasta que lo han acabado de cruzar: Son ejemplos del principio de resonancias colectivas y sincronías…

Además, el sonido modifica nuestras ondas cerebrales, ayudándonos a entrar en otros niveles de conciencia, donde son posibles los estados de sanación espontánea y estados de elevación interior, haciéndonos más receptivos a la autosanación.

​El tercer factor de la terapia del sonido con cuencos tibetanos, son los armónicos. Cada vez que se produce un sonido aparecen los armónicos. Estos armónicos tienen efectos altamente beneficiosos sobre nuestro cuerpo y sobre nuestro campo energético.

Aunque no podamos escuchar frecuencias que están fuera de nuestro campo auditivo, ni podamos producir sonidos o frecuencias que estén fuera de nuestra capacidad, mediante los armónicos podemos sin embargo resonar con ellas.

Las personas que han experimentado un masaje sónico con cuencos tibetanos experimentan mayor claridad mental, aumento de la creatividad, mayor concentración, mayor visión de futuro y una gran sensación de paz. El resultado es un individuo más centrado y productivo, más feliz, más sereno, más equilibrado, más en paz consigo mismo.

Existe un espacio de paz en nuestro interior y los cuencos tibetanos nos ayudan a entrar en él, nos ayudan a resonar con nuestra verdadera conciencia o yo superior y con ese sentimiento de paz y serenidad que todos llevamos dentro.

A nivel físico los tazones tibetanos se utilizan para recargar nuestro sistema energético, para aliviar el sufrimiento y el dolor (incluye el dolor emocional), para eliminar inflamaciones, para estados de ansiedad, angustia, estrés, depresión, tristeza, insomnio, hiperactividad.

Los masajes sonoros con cobre permiten que los sistemas biológicos funcionen con más homeostasis y equilibrio; calman la mente y con ello el cuerpo y tienen efectos emocionales que influyen en los neuro-transmisores y los neuro-péptidos, que a su vez ayudarán a regular el sistema inmunitario, el sanador natural que llevamos dentro.

Según el gran maestro bodhisattva tibetano Gwalwa Karmaza, los cuencos cantores del Tíbet emiten el sonido del vacío, que es el sonido del universo manifestándose. Son el símbolo de lo incognoscible y como aleación datan de la época del buddha histórico, Shakyamuni (560 – 480 a C.).

Los orígenes de los cuencos tibetanos y su historia detallada se pierden en el pasado lejano y seguramente es un regalo de la religión chamánica Bon, que existía en el Tíbet varios siglos antes de la llegada del budismo.

Muchos siglos después, y a orillas del Mediterráneo, tenemos el privilegio de contar, en los baños de COBRE29 SPA, de un paisaje sonoro absolutamente original, mezcla de composiciones sonoras muy elaboradas, meditadas y diseñadas a conciencia; bandas sonoras a las que se añaden intervenciones acústicas en directo, llevadas a cabo por los anfitriones y guías de COBRE29; éstos a su vez nos invitarán a sentir física y emocionalmente, nosotros mismos, esos cuencos, xilófonos y otros instrumentos orientales, y alcanzar el beneficio holístico, sanador y relajante, del masaje sónico del cobre.


Las Rutas del Cobre (II): Viajamos a Anatolia oriental
Manuel Polls